La investigación de la cosmética actual se basa fundamentalmente, en la influencia que ejercen los factores externos sobre la piel. De acuerdo con esto, los laboratorios desarrollan una amplia gama de productos destinados a combatir la agresión que origina el frío y las bajas temperaturas. La idea básica es obtener productos que penetren en las capas más profundas de la epidermis. Todo ello sin olvidar las funciones fundamentales dirigidas a limpiar, tonificar, hidratar y nutrir.
Las novedades se suceden y las grandes firmas compiten entre sí por obtener cada vez mayores logros en este terreno.
Es absolutamente necesario mentalizarse de que el frío es tan nocivo como el sol, debiéramos proteger nuestra piel usando cremas protectoras; de esta manera, evitaríamos una agresión demasiado importante de los agentes externos. Porque el frío, si es muy intenso, agrede rápidamente a la epidermis en el plano celular, deseca la capa córnea y la separa; esto puede llegar a producir necrosis cuando se llega a la congelación de las células superficiales.
En el aspecto dérmico, el frío ataca particularmente a los vasos sanguíneos, provocando una vasoconstricción que llega a dañar las paredes de los capilares.
Ello puede conducir a una alteración completa que se traduce en eritrosis y caparrosa, es decir, rojeces difusas y arborizaciones rojo-violáceas. Es preciso desconfiar de los cambios bruscos de temperatura que perjudican la flexibilidad de las frágiles paredes de los vasos.
La nariz, por ejemplo, está particularmente expuesta a las inclemencias del tiempo a causa de su situación topográfica. Muy vascularizada e inervada, ofrece poca resistencia frente al frío; además el aire que penetra a través de las fosas hace que esta terminación cartilaginosa sea muy vulnerable.
Los labios, mucosas frágiles, están desprovistos de protección natural, y no hay que olvidar las manos: prácticamente sin glándulas sebáceas y con muchas sudorales, además de un espesor córneo casi cincuenta veces superior al de la cara, necesitan productos de fuerte penetración y con capacidad de retener agua.
Cara: Las cremas más ricas
Son indispensables las cremas hidratantes, nutritivas y regeneradoras, el frío sentencia el retorno de las cremas densas, las únicas capaces de realizar a la perfección el papel de pantalla protectora, dejando sobre la superficie de la piel una película aislante que es la mejor defensa contra las agresiones climáticas y la evaporación del agua.
Labios: Barras nutritivas
Los labios tan sólo toleran los productos adaptados a su sensibilidad. No los dejes jamás desnudos pues las grietas serán su primer signo de protesta.
Afortunadamente, existen cosméticos específicos que el frío ha hecho surgir.
En el bolso, en el bolsillo, siempre es necesario llevarlos encima y utilizarlos a menudo puesto que son garantía de una eficaz protección de los labios.
Nuevas pantallas para las manos
Las manos, sobre todo en invierno, son muy vulnerables, pues su piel, al ser pobre en glándulas sebáceas, sufre alteraciones en su película protectora natural a causa de los frecuentes lavados. Las cremas para las manos son realmente productos aparte. Deben tener un poder de penetración importante y dejar una película protectora que no desaparezca al primer lavado.